¿CUÁLES SON LOS PRINCIPIOS DE LA
PLANEACIÓN?
Los
principios en la planeación son muy importantes para poder aplicar cada uno de
los elementos que la forman. Un principio es una proposición que se formula
para que sirva de guía a la acción.
Aunque
no hay dos empresas que sean idénticas, hay ciertos principios comunes a todas
ellas. Sin embargo, su aplicación tiene que variar por necesidad, para
ajustarlos a las circunstancias individuales.
Principio
de la universalidad.
La
planeación debe comprender suficiente cantidad de factores como tiempo,
personal, materia, presupuesto etc. de tal manera que al desarrollar el plan
sea suficiente.
Principio
de racionalidad.
Todos
y cada uno de los planes deben estar fundamentados lógicamente, deben contener
unos objetivos que puedan lograrse y también los recursos necesarios para
lograrlos.
El
principio de la precisión.
"Los
planes no deben hacerse con afirmaciones vagas y genéricas, sino con la mayor
precisión posible, porque van a regir acciones concretas." Cuando
carecemos de planes precisos, cualquier negocio no es propiamente tal, sino un
juego de azar, una aventura, ya que, mientras el fin buscado sea impreciso, los
medios que coordinemos serán necesariamente ineficaces, parcial o totalmente.
Siempre habrá algo que no podrá planearse en los detalles, pero cuando mejor
fijemos los planes, será menor ese campo de lo eventual, con lo que habremos
robado campo a la adivinación. Los planes constituyen un sólido esqueleto sobre
el que pueden calcularse las adaptaciones futuras.
El
principio de la flexibilidad.
"Dentro
de la precisión –establecida en el principio anterior- todo plan debe dejar
margen para los cambios que surjan en éste, ya en razón de la parte
imprevisible, ya de las circunstancias que hayan variado después de la
previsión." Este principio podrá parecer a primera vista, contradictorio
con el anterior. Pero no lo es. Inflexible es lo que no puede amoldarse a
cambios accidentales; lo rígido; lo que no puede cambiarse de ningún modo.
Flexible, es lo que tiene una dirección básica, pero que permite pequeñas
adaptaciones momentáneas, pudiendo después volver a su dirección inicial. Así
una espada de acero es flexible, porque doblándose son romperse, vuelve a su
forma inicial cuando cesa la presión que la flexiona. Todo plan preciso debe
prever, en lo posible, los varios supuestos o cambios que puedan ocurrir:
Ya
sea fijando máximos y mínimos como una tendencia central entre ellos, como lo
más normal; Ya proveyendo de antemano caminos de substitución para las
circunstancias especiales que se presenten, ya establecido sistemas para su
rápida revisión.
El
principio de la unidad.
"Los
planes deben ser de tal naturaleza, que pueda decirse que existe uno sólo para
cada función; y todos los que se aplican en la empresa deben estar, de tal modo
coordinados e integrados, que en realidad pueda decirse que existe un solo plan
general". Es evidente que mientras haya planes inconexos para cada
función, habrá contradicción, dudas, etc. Por ello, los diversos planes que se
aplican en uno de los departamentos básicos: Producción, ventas, finanzas y
contabilidad, personal, etc., deben coordinarse en tal forma, que en un mismo
plan puedan encontrarse todas las normas de acción aplicables. De ahí surge la
conveniencia y necesidad de que todos cooperen en su formación. Si el plan es
principio de orden requiere la unidad de fin, es indiscutible que los planes
deben coordinarse jerárquica mente hasta formar finalmente uno sólo.
El
principio de factibilidad.
Lo
que se planee debe ser realizable; es inoperante elaborar planes demasiado
ambiciosos u optimistas que sean imposibles de lograrse. La planeación debe
adaptarse a la realidad y a las condiciones objetivas que actúan en el medio
ambiente.
El
principio de compromiso.
La
planeación debe comprender un periodo en el futuro, necesario para prevenir,
mediante una serie de acciones, el cumplimiento de los compromisos involucrados
en una decisión. Este principio indica que la planeación a largo plazo es la
más conveniente porque asegura que los compromisos de la empresa encajen en el
futuro, quedando tiempo para adaptar mejor sus objetivos y políticas a las tendencias
descubiertas, a los cambios imprevistos.
Principio
de factor limitante.
En
la planeación se hace necesario que los administradores sean lo suficientemente
habilitados para detectar los factores que puedan llegar a limitar o a frenar
el alcance de los objetivos perseguidos por la empresa. En este principio se
resalta la importancia de la objetividad en el momento de tener que escoger
entre diferentes cursos de acción o diversas alternativas para llegar a un fin.
Principio
de inherencia.
La
programación es necesaria en cualquier organización humana y es propia de la
administración. El estado debe planificar la forma de alcanzar sus objetivos,
fijando siempre metas mediatas o inmediatas. Planificar conduce a la eficiencia
y otorga la posibilidad de ofrecer respuestas oportunas a los cambios sociales.